Caminar tras caminar, sin saber dónde ir, caminando sin rumbo, el viento chocaba contra mi rostro, el leve viento frío que me hizo estremecer, me encantaba sentirlo, me relajaba, me hacía sentir bien; odio los días que me siento mal es como si sintiera que me estoy hundiendo junto al Titanic y odio esa sensación, hoy era de esos días, no sé porque hoy sentía esa horrible sensación, odio esos días, siempre los odie y siempre los voy a odiar.
Me di cuenta que había caminando bastante y mire a mi derecha y encontré el parque que a veces vengo cuando estoy libre, camine hacía el lugar, no había suficientemente personas como de costumbre. Al escuchar los cantos de los pájaros eran música para mis oídos; miraba cada detalle que había allí, como de costumbre; siempre que vengo por aquí me olvido de los problemas mire a mi izquierda y observe un banco libre, me senté en el, sin saber qué hacer, solo estaba hundido en mis pensamientos.